En un divorcio con niños pequeños los hijos son más vulnerables a las desavenencias y enfrentamientos de sus padres por lo que es especialmente importante poder gestionar el proceso de manera amistosa.
En separaciones con hijos, un gran riesgo puede concurrir con niños sin convenio regulador que ponga paz en las discordias de los progenitores.
Divorcio con dos niños pequeños
En caso de que existan dos o más hijos, la regulación no deberá centrarse sólo en las necesidades individuales de los hijos, sino en las conjuntas como sistema, como familia, que en la separación no se debe de romper, sino todo lo contrario, mantener en todo lo posible la estabilidad de los niños.
Cada niño tendrá su propia forma de ser y necesidades, pero no por ello se debe perder la perspectiva de que la regulación debe de englobar a ambos conjuntamente.
De entre los argumentos en contra del divorcio cabe destacar la de muchas personas que piensan que mientras que los hijos son pequeños es mejor esperar y demorar la decisión de separarse o divorciarse. Desde nuestro punto de vista es justo al revés, si la relación y convivencia no es sana ni funcional, no será beneficiosa para los hijos, sino que suele ser lo más saludable una separación amistosa y que evite un mal ambiente familiar.
Divorcio con niños de 3 años
En los casos en los que los niños tiene tres o menos años, se trata de bebés tan pequeños que pueden estar indefensos a la ruptura de sus padres. Por ello, los progenitores deben de priorizar el interés del niño, pero al ser tan pequeño, es especialmente difícil poder valorar qué es lo mejor para el niño. El principal problema es que cada uno de los padres puede considerara que es algo diferente lo mejor para el bebé.
De hecho no ayuda el hecho de que con esa edad los niños se pueden percibir como más desprotegidos y pensar que el otro progenitor no lo cuidará como nosotros. De hecho eso es verdad, los cuidados son diferentes. Pero debemos de presuponer que los cuidados del otro progenitor serán beneficiosas.
Divorcio con niños de 7 años
En un divorcio con niños de 7 años ya tenemos la gran ventaja de que nuestro hijo verbaliza sus necesidades, por lo que ambos progenitores pueden consolidar la educación en los cuidados de los hijos de una manera más completa.
A partir de los 7 años es cuando los hijos aprenden la gran parte de las cosas que sentarán las bases de sus valores como adulto.
La infancia de un hijo de 7 años con padres separados no debe necesariamente negativa, pues en ocasiones una separación bien gestionada puede reforzar la madurez de los hijos si se sabe modular desde el respeto mutuo y la no agresión sentimental.
Divorcio con niños de 12 años
A partir de los 12 años los hijos ya suelen tener cierta madurez, aunque es algo que hay que valorar caso por caso. Es muy común que las familias piensen que los hijos a partir de los 12 años pueden decidir su regulación paternofilial, si quieren estar con su padre o su madre, pero no es verdad.
Los hijos nunca pueden decidir ese tipo de cosas, pero a partir de los 12 años se tiene muy en cuenta, pues al fin y al cabo son los protagonistas de la regulación y su testimonio y deseo debe de valorarse, no hasta el punto de ser decisivo, pero si tenerlo en cuenta junto a las demás circunstancias familiares.
Da igual que sea separación con hijos sin estar casados o un divorcio por existir matrimonio. Desde el momento en el que existen hijos menores, más aún en función de lo pequeños que sean, constituirán el bien jurídico más digno de protección.
Abogado especialista en Derecho de Familia. Titular del bufete Abogados Cebrián & Asociados. Premio Nacional de Ley en Derecho de Familia 2020. Colegiado del ICAM 85.585.